24.7.11


Durante los últimos ocho meses, despertarme ha sido doloroso. La fría certeza de que ella no está aquí y que no va a volver me invade lentamente; aunque nunca fui de las que saltan de la cama y reciben el día con una sonrisa.
Hay dos días en los que nunca pienso: ayer y mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario